Las fibras cerámicas se obtienen mediante un proceso de fundición y fibración de sílice y alúmina casi puros.
Mezclando estas fibras con una pequeña cantidad de fibras celulósicas y una inserción que puede ser de filamento de vidrio «E» o hilo de acero al cromo-niquel se obtiene los hilos de fibra cerámica, con los que se fabrican los textiles en fibra cerámica.
Estos textiles se caracterizan por una excelente resistencia a las altas temperaturas, una gran resistencia a los choques térmicos y un formidable poder de aislamiento térmico. Los productos fabricados con inserción de vidrio pueden utilizarse hasta 650ºC, mientras que aquellos que llevan inserción metálica admiten temperaturas de hasta 1.100ºC.